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dilluns, 18 de maig del 2015

Domingo de la Ascensión

''Todo discípulo de Cristo está llamado a ser testigo de su resurrección, especialmente en aquellos entornos en los que es más fuerte el olvido de Dios y el desamparo del ser humano'', ha dicho el Papa en la homilía pronunciada durante la misa de canonización de cuatro nuevas santas:

El Santo Padre, citando los Hechos de los Apóstoles, recordó que la misión de anunciar a Jesús, de cuya resurrección éstos fueron testigos oculares, no es una tarea individual, sino comunitaria. Gracias al testimonio de los Doce muchos creyeron y, de la fe en Cristo resucitado, nacieron y siguen naciendo comunidades cristianas. ''También hoy nosotros -dijo- basamos nuestra fe en el Señor resucitado en el testimonio de los Apóstoles llegado hasta nosotros a través de la misión de la Iglesia. Nuestra fe está firmemente ligada a su testimonio como una cadena ininterrumpida y extendida a lo largo de los siglos no sólo por los sucesores de los Apóstoles, sino por generaciones y generaciones de cristianos. A imitación de los Apóstoles todo discípulo de Cristo está llamado a ser testigo de su resurrección, especialmente en aquellos entornos en los que es más fuerte el olvido de Dios y el desamparo del ser humano''.

Otro aspecto esencial del testimonio es la unidad entre los discípulos, a imagen de la que existe entre Cristo y el Padre. ''De ese amor eterno entre el Padre y el Hijo, que se derrama en nosotros por medio del Espíritu Santo -explicó el Papa- cobran fuerza nuestra misión y nuestra comunión fraterna; de él brota siempre de nuevo la alegría de seguir al Señor en el camino de su pobreza, de su virginidad y obediencia; y ese mismo amor nos llama a cultivar la oración contemplativa''.

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